Había una vez un león que no era carnívoro, sólo le gustaba la fruta. Todos los animales tenían miedo de él y huían cuando lo veían.
El león estaba muy triste porque no tenía ningun amigo.
Un día se encontró con una cebra. La cebra iba a echar a corrrer cuando se dió cuenta de que el león no la perseguía sino que se quedaba tumbado y lamentándose. Se acercó y le preguntó que le pasaba. El león le contó todo. La cebra le creyó y se hicieron muy amigos. Todos los animales al ver lo bien que se lo pasaban juntos se quisieron hacer amigos del león. Pero su mejor amiga siempre fue la cebra que fue la primera que le creyó.
Jorge Martin-Montalvo Ruiz.3ºA
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